Gatito Desilusionado

Una mañana despertó ese niño que solo deseaba su libertad, el día estaba soleado tal cual como siempre y pensaba cuanto faltaba para que el día terminara ,cuanto falta para que todo lo que perdía dejara de irse.
Ya se hacia tarde y debía irse a otro lugar, el debía ir a trabajar, el debía estudiar, el debía brillar solo. El café era amargo y los gatos jugueteaban en la bodega, le pedían comida y abrigo, pero el niño no tenia abrigo, no tenia donde cobijar sus sueños. Sonó la campana, ya es hora de comer
El niño llega a su casa y lo espera su hijito, su gatito que tan valiente como siempre intenta darle ánimos para continuar, mientras el niño come y bebe sangre y lagrimas que derramo algún día antes, descansa un rato antes de seguir andando, mientras intenta conciliar el sueño con un vaso de licor amargo, piensa y decide que el no debería estar llorando, no. El niño debía tomar a ese gatito entre sus brazos y perderse entre el asfalto, debía olvidar el pasado y perderse.
El niño corrió y corrió, llego a un lugar cálido y familiar. Se encontró con un ángel y este extraño ser lo abrazo y le dijo: las ventanas en esta vida permanecerán abiertas ante la incertidumbre,
las penas y la soledad. Duele más la desilusión que la falta de amor, tus alas abiertas miran al hombre grande que guarda en el corazón de él, tú hermoso recuerdo.
Se un bálsamo, un antídoto contra las penas y la soledad, sé un gato eterno, se un dios. Ya cambiara el destino de tu vida, mientras no pienses en caer, no tendrás tiempo de llorar
El ángel le pido que se fuera y el niño acepto, tomo a su hijo entre sus brazos y partió con el corazón abierto a vivir un sueño eterno, a vivir todo lo que fue eterno, en un momento



Son las 10 y hay que irse a dormir, mañana estará el día nublado y el sol ya no me temerá tanto.