20 de noviembre de 2008

Copayapu Con Van Buren # 1

Dos tambores suenan en Copayapú con Van Burén, los autos y su rápido andar, la gente un poco cansada ya de tanto ajetreo porque hoy es jueves y queda poco tiempo para que llegue el momento de descansar. Todavía se respiran aires dieciocheros, volantines y banderas aun decoran nuestro desértico firmamento y junto a ellas un sabor a empanadas y chicha, a dicha y a cueca, que todavía podemos saborear en nuestro paladar.
Ya se acerca el viernes, ya es tiempo para dejar el disfraz de oficinista, de obrero, de vendedor guardado en el ropero, para ponernos el disfraz de soñador , jugador o viajero.es tiempo de descansar, de pasear por nuestro florido desierto, salir a renovar el viejo romance con un dulce te quiero mas que a nada, o empezar uno quizás. Es tiempo de tomar ese par de bicicletas y salir a rodar por las calles de nuestra noble ciudad, saludar a la gente al pasar sin importar que te devuelvan el saludo, solo debes repartir sonrisas, es fácil y sirve para mejorar la vida.
Ya se hace tarde y yo debo seguir estudiando, pero sin embargo les dejo la invitación hecha, a no desperdiciar los días que tenemos para botar lo malo de la semana, sino volver a encantarse de la vida, y así volver a enamorarse de nuestro desierto, de nuestra familia o pareja, de nuestro paisaje , de nuestra tierra.

La Historia Del Gatito Morado y La Niña Perdida

En un mundo lleno de espirales y sombras, habitaba una niña pequeña, ella tenía una roja cabellera y en su cara pálida se escondían un par de ojos de color caramelo que cautivaban a quienes miraban un poco más de cerca.

La niña caminaba sola en su mundo como todos los días. De pronto algo se atraviesa en su camino, algo pequeño y peludo sale corriendo entre las sombras. La niña sin perder tiempo salio a la búsqueda de esa pequeña criatura, mientras buscaba veía que fuera de ese mundo donde habitaba, habían árboles y burbujas, flores y nuevos colores para observar.

La pequeña niña llega de pronto a una cascada y detrás de una mota de algodón, se escondía un pequeño gato morado, este estaba muy asustado y miraba a la niña con asombro por nunca haber visto a una pequeña tan bonita. El gatito de pronto se acerco a la niña, la miro con temor y ella al ver a gatito con tanto miedo le pregunto

- Quien eres pequeña cosa morada?

- un gatito que esta solo en este mundo lleno de colores

- tu no estas solo, respondió la niña

- porque?, pregunto curioso el gatito

Pequeño, mírame a los ojos y te darás cuenta que nunca has estado solo, que nosotros nos tenemos el uno al otro. Entonces el gatito se acerco a la niña y subió a sus brazos y recorrieron juntos ese mundo lleno de colores y sabores, hasta el fin de los tiempos.






Dedicado con especial cariño a mi gran amiga Camila Campillay, esta historia me la contaste tú y yo la escribí a mi manera. Una historia para dormir y para ayudarme en todo lo mal que me sentía
Te amo mucho amiga mía.

8 de noviembre de 2008

Desertar

Mientras más pistolas se atravesaban
Más risa me daba
La sofisticada forma de decir adiós
Que había elegido
Y me siento estúpido, si
Pero el tequila es buena compañía
Para tragarme todas mis palabras
Para zurcir todas esas malditas heridas

Bailamos en este espiral de escusas
Con nuestras despedidas y nuestros desiertos
Y no encontramos respuestas
Y yo vuelvo a mi botella
Y tú te vas
Y te vas…
Mientras limpio la sangre
Y veo tu rostro
Desierto como este viento

Y unido a tu recuerdo
Se opacan todos esos momentos malos
Tristes tardes cargadas de llanto
Que todo el mundo desconocía
Supiste descubrir que detrás de estas letras
Se escondía un secreto noble


Pero ya es tarde
Ya hemos puesto punto aparte
Solo entregamos eso al viento
Ahora solo pasaste a ser parte de mi desierto
Ese lugar donde no debería haber nadie
Ahora estas tú en el…
Ahora acompañas al dolor que vive en mí
Espero que solo no seas un buen recuerdo